Un antiguo cuento de la India narra la historia de un pez que oía a escondidas al dios Shiva cuando enseñaba a la diosa Parvati, su querida esposa, los secretos del yoga.
El pez fue descubierto y el dios lo desterró. Cuando estaba buscando un nuevo lugar donde vivir, el pez llegó a las costas de India. Una vez en tierra, sucedió un milagro: el pez se transformó en hombre.
Los habitantes de aquel lugar lo acogieron y lo llamaron Matsyendra, el señor de los peces. Agradecido por su cálida acogida, Matsyendra les enseñó todas las posiciones del yoga, entre las cuales estaba matsyendrasana, que lleva su nombre.